Para homenajearlo, lo recordamos en su intervención en el acto de clausura de Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas por la Defensa de la Humanidad, un diálogo fraternal con los participantes del evento

Moderadora: Palabras del honorable señor, profesor Adolfo Pérez Esquivel, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el año 1980.
Adolfo Pérez Esquivel nació en Buenos Aires, Argentina, en 1931, como artista plástico ha producido intensamente en diversos medios y ha exhibido internacionalmente.
En los ’60, Adolfo Pérez Esquivel, comenzó a trabajar con organizaciones populares involucradas en el movimiento pacifista cristiano de Latinoamérica. En 1974 fue elegido coordinador general para América Latina en grupos de base que promovían la liberación del Continente por medios no violentos.
En 1980 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en defensa de los derechos humanos. Es presidente del Consejo Honorario del Servicio de Paz y Justicia Latinoamericano, y de la Liga Internacional de los Derechos Humanos y de la Liberación de los pueblo (Milán-Italia). Y miembro del Tribunal Popular Permanente.
Adolfo Pérez Esquivel: Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, señores Ministros, señores representantes del querido pueblo cubano; compañeros y compañeras que hemos compartido estos días en la reflexión, el trabajo, y a todo el pueblo venezolano presente, queremos darle la solidaridad, el apoyo, la amistad, y decirles que estamos con ustedes.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Me han designado para leer el Llamamiento de Caracas. Pero antes quisiera señalar algunos puntos. Nos hemos reunido de muchos países del mundo, venimos de distintas experiencias, luchas, compromisos, ideas diversas, pero nos une fundamentalmente el mismo objetivo: la dignidad de los pueblos.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Y estamos aquí para acompañarlos en todo momento. Creo que en este encuentro estos hacedores de palabras, de sueños y de realidades han tratado de aportar, a través de la reflexión, a través de la construcción, de los espacios de libertad, de la conciencia crítica.
El documento que voy a leer una síntesis de toda esta preocupación, de lo que hace hoy a la humanidad, a esta humanidad que tenemos que cuidar. Este pequeño planeta llamado Tierra, que es nuestra casa; sino tenemos la capacidad de cuidarlo no sabemos cuidar a nuestra madre.
Los indígenas, fundamentalmente andinos, le llaman nuestra “Pacha Mama” (la madre tierra).
Y para mí es un gran honor estar con todos ustedes, de poder compartir estos momentos, es un momento histórico, no sólo para el pueblo venezolano, para toda América Latina y el mundo.
Llamamiento de Caracas: Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Reunidos en Caracas, cuna del Libertador Simón Bolívar, intelectuales y artistas de 52 países y diversas culturales coincidimos en la necesidad de construir una barrera de resistencia frente a la dominación mundial que hoy se pretende imponer.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Vivimos en una época donde la Carta de las Naciones Unidas no es respetada. La legalidad internacional ha sido quebrada y quedan abolidos principios como el de la no intervención en los asuntos internos de los Estados y el propio concepto de soberanía.
Las convenciones de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra y Protección de Poblaciones Civiles han sido violadas, detenidos, detenidas, son torturados y dejados, se han creado penales sin ley en el territorio usurpado de Guantánamo y de Irak.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: La invasión y devastación de Irak, las amenazas contra otras naciones del Oriente Medio, el martirio del pueblo palestino, las intervenciones de las grandes potencias en África, revelan la decisión de imponer a sangre y fuego un orden basado en la fuerza.
Gran parte de estas agresiones tienen por objeto apropiarse de las reservas de hidrocarburos, minerales, biodiversidad y agua de los países menos desarrollados. Apoyamos el derecho de los pueblos a mantener el control sobre tales recursos y a repeler las intervenciones expropiadoras.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Los crímenes contra el pueblo iraquí demuestran hasta qué extremos pueden llegar medios y Gobiernos que se proclaman defensores de los derechos humanos. La ciudad de Faluya, hoy arrasada, quedará como símbolo de resistencia heroica en un momento trágico de la historia.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Parte de este proyecto de dominación es el cobro de una deuda externa ilegítima y el intento de anexión económica de América Latina y el Caribe, mediante el ALCA y otros planes y acuerdos lesivos para su independencia y sus oportunidades reales de desarrollo.
Crece el peligro de nueva forma de intervención y de agresión frente al auge de las luchas sociales y a procesos de cambio que vive la región.
Las nociones de guerra preventiva y cambio de régimen, proclamadas en la doctrina oficial del Gobierno de los Estados Unidos se alzan amenazantes frente a todo país que no se pliegue a los intereses imperiales, o que tenga una importancia estratégica.
Un ejemplo es la reciente intervención en ese pueblo sufrido y resistente que es Haití.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Hoy más que nunca resulta necesario movilizar la solidaridad con Venezuela, Cuba y todas las causas populares del mundo.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Expresamos nuestra solidaridad con la lucha de los pueblos de Irak, Palestina, Afganistán y otros países que resistente la ocupación y agresión imperialistas.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Un componente crucial de la lucha global ante las aventuras imperialistas, junto con las fuerzas que en Europa, América Latina y otras partes del mundo se han manifestado contra la guerra es sin duda la movilización de los sectores más conscientes del pueblo estadounidense.
Condenamos el terrorismo, pero nos oponemos a la utilización política que se ha hecho de la llamada guerra contra el terrorismo, y a la apropiación fraudulenta de valores y conceptos como democracia, libertad y derechos humanos.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Rechazamos que se llame terrorismo a las luchas de resistencia de los pueblos y guerra contra el terrorismo a las agresiones de los opresores.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Mientras se dilapidan recursos incalculables en al industria militar, otro exterminio silencioso y devastador tiene lugar cotidianamente a causa del hambre, los problemas sociales, la pobreza extrema, las enfermedades curables y las epidemias. El sufrimiento que padecen los pueblos de África, de Asia y de América Latina y el Caribe, como resultado de las políticas promovidas por las instituciones financieras internacionales es ignorado por los que pretenden dominar el mundo y las élites globales que se benefician del pillaje neocolonial.
La ausencia de programas para la solución real de estos problemas es otro signo de la deshumanización que caracteriza a nuestra época.
Hacemos nuestras las luchas de los trabajadores y trabajadoras, de los campesinos y campesinas, de los desocupados y desocupadas, de los precarizados y de precarizadas, de los explotados y explotadas, de los excluidos y las excluidas; de las mujeres, de los pueblos indígenas, afrodescendientes y originarios, de los migrantes, de la minorías sexuales; los niños sin amparos y las víctimas del comercio sexual. Apoyamos y nos comprometemos con las reivindicaciones de quienes defienden sus derechos y su identidad frente a las pretensiones totalitarias y homogenizadoras de la globalización neoliberal.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Desprovistas de niveles básicos de alimentación médica, energía eléctrica, vivienda y agua potable, una gran parte de la humanidad es sacrificada por un sistema que agota los recursos naturales, destruye el medio ambiente, con su irracional derroche consumista pone en peligro la supervivencia de la vida misma.
Las grandes mayorías tienen un acceso muy limitado a la educación y están excluidas del beneficio que pudieran aportarles las nuevas tecnologías de la información y la producción de medicamentos genéricos.
El sistema económico dominante genera la mercantilización de la mayor parte de la producción intelectual, la privatizan y la convierten en instrumento para perpetuar la concentración de las riquezas y la domesticación de las conciencias.
Urge impedir que la Organización Mundial del Comercio, en su política por transformar al mundo en mercancía, aniquile la diversidad cultural.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: La concentración de la propiedad de los medios masivos de comunicación convierte la libertad de información en una falacia; el poder mediático al servicio del proyecto hegemónico distorsiona la verdad, manipula la historia, fomenta la discriminación y sus diversas variantes y promueve la resignación ante el actual estado de cosas, presentándolos como el único posible.
Es necesario pasar a la ofensiva. Esto lo señaló en reiteradas oportunidades el Presidente Hugo Chávez.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Es necesario pasar a la ofensiva con acciones concretas. La primera de ellas decidida en este encuentro, consiste en crear una red de redes de información, acciones artísticas culturales, solidaridad, coordinación y movilización que vincule a intelectuales y artistas en los foros sociales y las luchas populares, y garantice la continuidad de estos esfuerzos y su articulación en un movimiento internacional en defensa de la humanidad.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Es fundamental contrarrestar la propaganda de los centros hegemónicos, haciendo circular las ideas emancipatorias a través de todas las vías: emisoras de radio y televisión, Internet, prensa alternativa, cine, medios comunitarios y otras; y difundir los proyectos de desarrollo y las experiencias de participación y educación populares, para que puedan convertirse en referentes de la reconstrucción de las utopías que impulsan la historia.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: La realidad venezolana demuestra que la movilización popular es capaz de conquistar y mantener el poder para el pueblo y promover y defender grandes transformaciones en su beneficio.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: Queremos expresar nuestra gratitud al Gobierno bolivariano, al pueblo de Venezuela y a su Presidente Hugo Chávez, por su compromiso con el futuro de este movimiento internacional. Pero por todo aquello que aporta con su coherencia entre el decir y el hacer.
Asistentes: Aplausos.
Adolfo Pérez Esquivel: En esta hora de especial peligro, renovamos la convicción de que otro mundo no es sólo posible, sino imprescindible, y nos comprometemos y llamamos a luchar por él con más solidaridad unidad y determinación.
En defensa de la humanidad reafirmamos nuestra certidumbre de que los pueblos dirán la última palabra.
Asistentes: Aplausos.
¡Alerta! ¡Alerta! Alerta, que camina, la espada de Bolívar por América Latina.
Moderadora: Palabras de clausura del taller por parte del ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Por ahí está Pablo Milanés ya calentando los motores.
¿Dónde estará Pablito?
Presidente Chávez: Me acuerdo esa canción:
Pablito si te vas deja la pistola acá.
¿Te acuerdas, Vladimir?
Bueno, buenas noches a todas, buenas noches a todos. ¿Qué tal? ¿Cómo están ustedes?
Están muy alegres. Hay mucha alegría aquí, mucha energía, mucha fuerza.
¡Viva la humanidad!
Un saludo muy especial a todos y a todas. Yo lo primero que voy a decir es que agradeciendo, recogiendo el sentimiento de todo nuestro pueblo, que es el sentimiento de millones de nosotros; no sólo aquí en Caracas, esta cuna de Bolívar, sino esos millones y millones de hombres y mujeres, jóvenes, niños, niñas, quienes en estos últimos cuatro días han estado atentos, muy atentos, a este evento. Compartiéndolo, vibrándolo y viviéndolo desde allá, desde las cumbres heladas de la Sierra Nevada, hasta allá hasta las profundidades de las mágicas selvas amazonenses venezolanas, desde las riberas del Orinoco, hasta estas playas y costas calurosas del Caribe; desde allá desde La Guajira, donde están nuestros hermanos aborígenes wayúu, yucpa y barí hasta el Delta del Orinoco, ha estado un pueblo atento a este evento, percibiendo, alimentándose. Hemos estado transmitiendo por el mejor canal de televisión que hay en Venezuela, el canal 8, Venezolana de Televisión y Vive Televisión, los dos mejores canales.
Ya no podremos decir, de ahora en adelante, que es el mejor canal de televisión el canal 8, porque está Vive, ahí están los dos, Vladimir Villegas y Blanquita Eekout.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Hemos estado transmitiendo también por Radio Nacional de Venezuela, el Circuito YVKE-Mundial, y vamos a seguir transmitiendo. Por ahí anda el Ministro Izarra, Andrés.
Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Estamos planificando.
¿Dónde está Andrés? ¡Allá arriba!
Estamos planificando ya y haciendo la revisión de las horas y horas de grabaciones que tenemos. Dígame el evento de ayer, aquí mismo pasamos 7 horas y un poco más; y luego compartimos en la cena, casi desayuno ya, por lo tarde.
Pero ustedes no se querían venir, Daniel Ortega no se quería venir. Yo me tuve que venir a atender otras cosas, había mucha alegría allá, estuvimos en el Círculo Militar, una cena navideña con hallaca. A esta hora no es bueno hablar de comida ¿no?
Pero en fin estamos revisando ya las horas y horas de grabaciones, que no salieron al aire aún, pero que vamos a estar todo este mes de diciembre, enero, y más allá de enero, pues transmitiendo, retransmitiendo, haciendo eventos; y no sólo en Venezuela, tenemos que hacer llegar, Andrés, materiales producidos en las próximas semanas, a todos los que aquí han venido a acompañarnos a este evento, y a mucha otra gente, a muchos amigos; a las emisoras comunitarias que en América Latina son, en Norteamérica, en Estados Unidos hay muchas emisoras comunitarias; en Canadá, todo el Caribe, todo el África, todo el Asia, Europa y Oceanía, pues hay que divulgar todo lo que aquí se ha analizado, evaluado, conversado, criticado, lanzado al mundo.
No sería para nada justo que nos quedemos nosotros nada más con esta maravilla, hay que compartirla con el mundo, con los pueblos del mundo: en vídeos, en CD, en cassettes, por Internet, por satélite, que recorra el planeta.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Una oleada de ideas que conforman en el fondo un compromiso de lucha por la humanidad, de defensa de la humanidad y de rescate de los profundos valores que de la humanidad son y han sido desde siempre.
Recojo pues el sentimiento de millones de nosotros, para decirles a ustedes ilustres visitantes, muchas gracias por haber venido, muchas gracias por estar aquí. Muchas gracias.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y esas dos palabras salen de la profundidad del alma nacional.
Y saben una cosa, compañeros de caminos, camaradas de batallas, y compatriotas de esta tierra, esta presencia de ustedes, esos debates, esas ideas, ese documento que nos acaba de leer este brillante hermano latinoamericano y del mundo, Adolfo Pérez Esquivel, gracias por tus saludos, gracias por tus palabras, gracias por tu presencia, gracias por tu fuerza. Pues esa Declaración de Caracas, hemos venido llamándolo desde enero el Llamamiento dijimos primero, un llamamiento, que además de llamado suena a algo así como a llamas: llamamiento. Llamamiento o llamado de Caracas, es para nosotros los venezolanos, que luchamos en la construcción de este camino, es para nosotros un compromiso más.
Ustedes con su presencia, con su ejemplo, y con sus luces, lo que han hecho es comprometernos mucho más con esta batalla que modestamente pudiera contribuir en algo a ese otro mundo, como decía Adolfo, no sólo mejor, no sólo posible, sino a estas alturas imprescindible para asegurar la vida futura de las generaciones que están llegando y que seguirán llegando.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: El pueblo venezolano sabe apreciar las cosas que aquí ocurren, para bien o para mal; el pueblo venezolano ha venido aprendiendo a leer, con unos binóculos, con unos lentes especiales, los acontecimientos del mundo, los acontecimientos que aquí ocurren en nuestra Patria; y el pueblo venezolano ha colocado ya este Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad en un lugar muy especial de su espíritu, de su alma, de su mente y de su compromiso.
Tengan ustedes la certeza de que eso es así y será así.
El pueblo venezolano de gala se ha vestido, el pueblo venezolano se siente honrado, bañado de honores con esta visita que ustedes nos han hecho.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Visita memorable, como cuando uno en casa recibe a maravillosos amigos y la saca se alegra, la familia se alegra; pues así la familia venezolana, el pueblo venezolano, alegre, dichoso está, y honrado con su visita. Y el pueblo venezolano sabe quiénes han venido aquí, algunos ya conocidos, que han estado viniendo a darnos su apoyo, con su presencia desde hace varios años; otros y otras han venido por primera vez, y algunos incluso por primera vez no sólo a Venezuela, sino que por primera vez a la América Latina, a nuestra América. ¡Bienvenidos aquellos que han venido por primera vez a esta tierra! A esta Patria, a este Caribe, a esta América Latinocaribeña. A esta tierra mágica que tiene 500 años batallando contra imperialismos, contra demonios, contra diablos, contra plagas. Pueblo este que cabalga en la profundidad de su alma, este pueblo latinoamericano caribeño que carga ahí en los genes, ahí en las semillas, la humildad infinita por una parte, pero por otra la grandeza infinita de tener cinco siglos batallando, cinco siglos batallando.
Sabe este pueblo latinoamericano, y cada sabrá más y mejor, cuál ha sido ese camino, cuán intenso ha sido este camino de cinco siglos, nuestros últimos cinco siglos.
El pueblo venezolano pues aplaude la presencia de todos y de todas ustedes, los aplaude, los ovaciona.

Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: A todos. Sólo que no puedo ponerme acá a mencionarlos a todos y a todas, una cantidad, una cifra de más de 300 visitantes del mundo entero, hemos superado las expectativas que nos plateábamos a comienzos de año, aquí en Caracas, a finales de enero, cuando hicimos una reunión de intelectuales y de escritores, artistas cubanos y venezolanos. Cuba y Venezuela aquí estamos, hermanados. Inventando, inventando.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: “Inventamos o erramos”, decía Simón Rodríguez. O inventamos o erramos. Estamos obligados a inventar.
Pues inventamos un encuentro en enero, ya ni recuerdo con qué ocasión fue, vino Abel, este ministro de Cultura cubano que parece más bien un rockero de esos que tocan guitarra y todas estas cosas.
Asistentes: Aplausos.
Pote Bottie, hermano. Con el embajador Germán Sánchez Otero, embajador de Cuba en Venezuela.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Con este extraordinario, humilde y extraordinario ser humano que es nuestro Ministro de Cultura, Farruco Sesto.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Pues me plantearon esa idea y yo dije, bueno, qué maravilla. ¡Vamos, vamos! Y empezamos a trabajar con la ayuda de muchos de ustedes, aquí en América Latina, en Europa, en Asia, en África, y he aquí hoy, henos aquí hoy, este domingo 5 de diciembre, clausurando el evento de este tipo más grande que se haya hecho en Venezuela en toda su historia, no hay precedente alguno.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y más grande no sólo en la magnitud, en cuanto a la magnitud de los asistentes, al tamaño del grupo, sino también en cuanto al brillo del grupo, en cuanto a la identidad en la búsqueda y además en cuanto a las conclusiones.
Yo estuve leyendo desde ayer las conclusiones de las mesas de trabajo en defensa de la humanidad, mesas de trabajo que nos han dejado un conjunto de conclusiones que deben ser conocidas cada una de ellas por nuestros pueblos. Conocidas, debatidas, en múltiples mesas de trabajo.
Esas conclusiones ahora debemos, Farruco, Alí. Está por aquí el Canciller Alí Rodríguez Araque, los Ministros de mi Gobierno, el Vicepresidente, los Gobernadores, los Alcaldes, los líderes políticos de los partidos de la revolución; los movimientos sociales, Clase Media en Positivo, la Unión Nacional de Trabajadores, la Unión de Campesinos Bolivarianos, el Frente de Mujeres Bolivarianas, las Federaciones de la Juventud Bolivariana y Revolucionaria; la Confederación Nacional Indígena de Venezuela, todos los movimientos políticos sociales debemos ahora ponernos a trabajar en detalle las conclusiones que nos ha dejado este maravilloso evento, sobre todo para llevarlas a la batalla, a la realidad, para que –no se queden en un documento más de tanto maravillosos documentos que en la historia han sido elaborados y redactados por manos maravillosas, pero que se han quedado por allí en gavetas de hielo, congelados, y muchas veces no hemos sido capaces de llevarlos allí a la batalla real en defensa de la humanidad.
Sólo el pueblo puede hacerlo, sólo el pueblo organizado puede hacerlo. Es el pueblo, la carne, el alma, el nervio, la sangre y el impulso de la historia, no hay otra fuerza.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Por eso es tan importante que estas conclusiones comiencen a volar y comiencen como la lluvia a meterse hasta las entrañas de la tierra, que comiencen a empapar todo para el gran debate del momento que estamos viviendo en Venezuela, en América Latina, en el Caribe y en el mundo, momento crucial el que estamos viviendo, cada día lo creo más, hermanas y hermanos, nosotros, a nosotros nos ha tocado vivir un momento crucial, es decir estamos en una encrucijada, y de lo que nosotros hagamos dependerá en mucho, por no decir de manera determinante, prefiero decir dependerá en mucho, por cuál de los caminos va a seguir el mundo, por cuál de los caminos va a seguir el mundo: o por el camino de la destrucción de la vida, o por el camino de la destrucción de la humanidad y del planeta Tierra; o por el camino de la salvación del ser humano, de la salvación de la vida, de la salvación de los sueños, de la salvación de la humanidad.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Estamos en un encrucijada.
Fidel Castro en un discurso reciente.
Asistente: ¡Viva Fidel!
Asistentes: ¡Qué viva!
Presidente Chávez: ¡Qué viva!
Lanzó una frase de muy pocas palabras, después de un elaborado, muy bien elaborado discurso: “Mañana puede ser demasiado tarde”. Mañana puede ser demasiado tarde. Cinco palabras nada más: Para salvar a la humanidad mañana puede ser demasiado tarde. Es hoy, nos tocó a nosotros, nos es tarea de nuestros hijos, es tarea nuestra salvar la vida, salvar la humanidad, salvar el futuro.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Por eso creo que esa es una de las cosas más grandes de este evento, ya he señalado algunas, pero creo que la más grande es que en apenas cuatro días, sin que esto se haya debatido previamente, este grupo de 250, aproximadamente, intelectuales, artistas, creadores, luchadores; algunos de muchos años, han llegado a la conclusión, como en el Documento se señala, de que es necesario crear una red de redes para un movimiento internacional en Defensa de la Humanidad, yo creo que eso es lo más grande que ha resultado de este evento.
Bueno, no nos queda a nosotros sino actuar en correspondencia, y yo le comentaba a Farruco que antes de que el año termine, este año, es decir este mes, Alí, nosotros debemos tener aquí ya organizada la oficina, el lugar, uno de los centros, digámoslo así, de coordinación de una red que debe cruzar el mundo por los cinco continentes, para comenzar a darle vida a la red. Y yo les pido encarecidamente a todos ustedes, compañeros y compañeras del mundo, que nos pongamos a trabajar intensamente, intensamente, en cada lugar allá donde tú vas, allá donde tú vas, allá donde yo voy, para darle vida a esta red: en universidades, en colegios, en campos de sembradíos, en valles, en montañas, en fábricas; en centros obreros, en los barrios, en los ranchos, en las favelas, en las ciudades, en las urbanizaciones, en centros de estudios, en cuarteles, en todas partes. Que esta red que aquí hoy ha nacido comience a extenderse como una ola mágica, maravillosa, hermosa, divina, por lo humana, en todo el planeta Tierra.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Sabemos, nosotros sabemos el potencial que tenemos, sabemos el potencial que este grupo tiene. Y este grupo que aquí hemos reunido de 350 personas, en una semana se puede desdoblar, multiplicar, por 10, por 100, por 1.000. Además de que mañana vamos a instalar el Congreso Bolivariano de los Pueblos, aquí mismo en Caracas, mañana lunes.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Otro evento, es un evento complementario a este, complementario a este. Vamos a estar durante varios días en ese Congreso Bolivariano de los Pueblos, que hasta ahora sólo abarca el espacio latinoamericano caribeño, pero, porqué no, creo que debemos extenderlo al mundo entero. Es de nuevo la cuestión, la cuestión internacional, debate de muchos años.
Estaba leyendo hace poco, compré en Moscú, es pequeño el libro, pero es contenido, el de Leon Trotski: La revolución permanente.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Donde hay un verdadero análisis, y hasta debate allí, en esas páginas, de la cuestión internacional. Esos temas debemos retomarlos nosotros, no hay solución a los problemas nacionales en el marco nacional, no hay solución nacional a los problemas, son problemas globales. Y creo que lo que aquí está naciendo hoy enfoca y enfrenta, y da respuestas, una respuesta, de tantas que habrá que dar, a esa cuestión internacional.
¡Qué potencial! Qué potencial para ese impulso creador del pueblo venezolano. Por ejemplo, como ya lo he dicho, saludo a todos, pero sabemos que aquí está con nosotros, y lo resaltamos, un hombre que cuando la mayoría de aquí vino al mundo estábamos naciendo, ya andaba batallando por la dignidad de su pueblo, líder de la revolución argelina, el Presidente Amhed Ben Belha, con su humildad, con su fuerza, con su coraje, Venezuela te aplaude y te admira, hermano, de esos pueblos del África.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y además le he pedido que se quede unos días más con nosotros.
De los Estados Unidos también ha venido gente, de ese pueblo estadounidense que respetamos, que apreciamos, con el que nos une el mismo impulso vital de lucha por la humanidad; intelectuales de la talla de James Petras están con nosotros. O sacerdotes revolucionarios, verdaderamente cristianos, que tienen años batallando junto al pueblo, junto al verdadero Cristo, resucitado en un pueblo: Ernesto Cardenal.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Bueno, para muestra dos botones, pues, para muestra un botón decimos aquí, a la muestra de qué grupo es este ¿no? He ahí, dos, tres botones.
Revolucionario de cuántos años: Tomás Borges. De la lucha sandinista, Comandante revolucionario, hermano; y su mujer, que ha venido con nosotros también. ¡Y qué gusto tenerlos aquí con nosotros!
Cómo desde aquí nosotros le seguimos la pista a la revolución sandinista, cómo nos estimuló, yo estaba en un cuartel pero ya miraba más allá del cuartel, éramos unos muchachos cuando andaban ustedes en la guerra revolucionaria de liberación del pueblo de Nicaragua, del pueblo de Sandino.
Han pasado casi 30 años. ¡Qué gusto verlos aquí! Porque la Revolución Sandinista por supuesto que no ha terminado, es parte de toda esta revolución, de toda esta fuerza. “Nada se pierde en la Naturaleza”, decía Lavoisier . Nada se pierde, todo se transforma.
Y con ellos un hermano, un amigo, líder revolucionario, Presidente de aquella Nicaragua revolucionaria, Daniel Ortega. ¡Un abrazo Daniel!
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: ¡Qué gusto verlos aquí: Ernesto, Tomás y Daniel! Para darles un abrazo a los tres y reconocerlos en el pueblo hermano, hermoso de Nicaragua.
¡Viva Sandino!
Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: No saben lo feliz que me siento al mirarle el rostro a todos ustedes aquí, y le doy gracias a la vida, como dice la canción, gracias a la vida, gracias a la vida.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Bueno, hombres de la talla de Tarek Alí, paquistaní del mundo; Tarek Alí, luchador sin descanso. Ese Paquistán, esa tierra hermana y de este mundo nuevo.
Vamos a seguir para que el mundo se dé cuenta de lo que aquí se ha reunido, y más aún de lo que aquí ha nacido, un compromiso de todos nosotros por la unidad de todos.
Que tenemos distintas ideas sobre temas distintos. ¡Claro! ¡Claro! Pero más importante es la unidad de todos, es momento de unidad. ¡Unidad, unidad y unidad! Por encima de las diferencias a los tópicos y a las corrientes que entre nosotros existen. Y esa natural que así sea, y es necesario que así sea.
Pablo González Casanova, este ilustre pensador, maestro, mexicano, de ese México infinito.
¡Viva México!
Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: ¡Viva Villa! ¡Viva Zapata!
Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: De la Europa también vino una oleada de pensadores, de jinetes de estas luchas, como Ignacio Ramonet, siempre solidario, siempre hermano, siempre amigo, siempre orientador.
Me dicen que ha salido a Paris ya, Ignacio.
Allí está Bernard Casen, del Movimiento ATAC de “Le Monde Diplomatique”.
Bernard, gracias hermano, siempre con nosotros.
Danny Glover, ahí está Danny Glover, querido y amado por todo el pueblo venezolano, digno representante del pueblo estadounidense, de los pueblos afrodescendientes norteamericanos.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: ¡Viva el pueblo de los Estados Unidos!
Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: Todo estaba tranquilo aquí y llegó Danny Glover.
Vean ustedes lo que quiero es que tengamos conciencia del potencial de este grupo que aquí se ha reunido, y yo pido perdón y ofrezco mis excusas a los que no mencione, sólo un muestreo, un muestreo.
Asistentes: ¡Eva! ¡Eva! ¡Eva!
Presidente Chávez: ¡Claro! Eva Gollinger, Eva Gollinger. ¡Qué valiente muchacha! Norteamericana, luchadora y valiente, se ha convertido en una novia para Venezuela.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Admirada y querida, valiente y hermana.
Bueno, de Argentina nos ha venido también una delegación de ches, desde allá desde el Sur, Atilio Borón, pensador, escritor, revolucionario.
Desde aquí saludamos a los pueblos de Argentina y toda Suramérica, dignamente representados aquí.
De Cuba, bueno, una delegación, como siempre bulliciosa, alegre, comandada por el Ministro de Cultura, Abel Prieto, y por Fidel Castro Díaz Baralt. Saludamos a Fidel. A él lo llaman Fidelito, pero no es ningún Fidelito.
Mira, dile a Fidel que siga el tratamiento, porque tenemos el trote ese, que vamos a hacer un trote pronto. Hermanados con el pueblo cubano.
Armando Hart está por allí, hermano de Cuba. Ricardo Alarcón también está por allí, vi a Ricardo.
¿Qué tal Ricardo? Bienvenido. No te había dado la bienvenida. Presidente de la Asamblea Nacional del pueblo cubano y de la República de Cuba.
Un hombre de Guatemala, que anoche nos dio un discurso, Otto Bauer, ahí está un abrazo hermano de Guatemala profunda, de esos pueblos de Centroamérica.
¡Qué mensaje nos ha dado! ¡Qué fuerza! Qué carisma además. Hay hombres, hay mujeres, hay seres humanos que nunca se ponen viejos, Otto es uno de esos hombres, nunca se ponen viejos, puede vivir 100 años, 140 años, pero nunca se ponen viejos.
Bueno y cuántos.
Francoise Houtart, de Bélgica, toda una trayectoria de pensamiento, de lucha y de batalla.
De España Alfonso Sartre nos vino a acompañar y nos vino a animar y nos vino a reflexionar. Alfonso un abrazo de esa España, de esa España hermana, de esa España querida. Como dice Nicolás Guillén, no la de Cortés ni de Pizarro, sino la García Lorca y la de los valientes milicianos compañeros, esa España hermana.
Alfonso, te voy a decir algo, yo lo que le decía al Presidente Rodríguez Zapatero, ahora que estuve en España, en una nueva situación, una nueva circunstancia, le dije al Presidente, también se lo dije al Rey y a la Reina, y otras gentes, es la primera vez que yo voy a España, así lo digo, no son muchas las veces que yo he ido a España, pero ya creo que se acercan a 10 en los últimos 10 años. Y es la primera vez que yo comienzo a sentir el alma española, el alma de España.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Comencé a percibirla ahora. Eso hay que descubrirlo. Y sobre todo cuando hay una historia que no ha sido fácil abordar.
Desde aquí hemos sido sumamente duros a veces con esa historia, con esa cruda realidad que vivimos; pero claro que sencillamente lo soluciona Nicolás Guillén, es a ese pueblo español, es al Quijote, al que le cantamos, es a Cervantes, al Manco de Lepanto, esa España, esa es la España, nuestra España, nuestra hermana mayor.
Bueno, en fin estoy apenas en la introducción, fíjense.
Asistentes: Risas.
Presidente Chávez: No, vamos a oír a Pablo Milanés, bueno, y a todos los artistas que nos van a cantar hoy.
Aquí están hoy, quiero saludarlos de manera muy solidaria, los familiares de los cinco compatriotas cubanos presos del imperio norteamericano, vamos a darles un aplauso, un saludo solidario, bolivariano, revolucionario. Todo un abrazo.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Gerardo Hernández, Fernando González, René González, Antonio Guerrero y Ramón Labañisi.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Nuestra solidaridad con ellos y con todos los que sufren persecución.
Por cierto que estaba leyendo hoy algunas noticias internacionales, y leyendo una moción introducida por un diputado de los Estados, un representante del Partido Demócrata, contra la persecución de que son objeto en los Estados Unidos un grupo de periodistas. Dieciséis periodistas están siendo investigados, perseguidos, por el Gobierno de Washington, por no revelar sus fuentes.
Vean ustedes hasta dónde llega el cinismo de ese Gobierno, hasta dónde llega el cinismo de la inefable SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), que se la pasa diciendo que en Venezuela hay una tiranía, que en Venezuela violamos la libertad de expresión. Pero no se atreven a decir nada acerca de los atropellos que en los Estados Unidos comete el Gobierno contra periodistas, contra luchadores sociales, nuestros hermanos afrodescendientes, en los que nos vemos retratados, porque tenemos el África por dentro, el África nos palpita por dentro.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Desde aquí denunciamos, no sólo el atropello del imperio norteamericano contra los pueblos del mundo, sino también el atropello contra su propio pueblo, el pueblo de los Estados Unidos, nos hacemos solidarios con ese pueblo, manipulado, presionado, y desde aquí nuestro abrazo, Jully, y todos ustedes, un beso para ti mujer, patriota infinita. Jully De Lafonte está con nosotros y nos ha dado ayer un discurso y un mensaje maravilloso.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Una importante delegación de luchadores de los Estados Unidos.
De Bélgica ustedes deben recordar, yo lo recuerdo, un sacerdote que fue echado de aquí en el primer Gobierno de Rafael Caldera, el Padre Witajh está con nosotros.
¿Recuerdan ustedes al Padre Witajh? Aquí está, Padre, en su tierra, en su Patria, esta es su tierra, Padre, este pueblo lo aclama, lo adora y lo ama.
Sepa que Venezuela tiene sus puertas abiertas para usted.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Él andaba por los barrios de Caracas, junto al pueblo. Ustedes eran niños y niñas, ustedes no habían nacido, la barra esa que está ahí. Bueno, tú sí, porque tú tienes ya el cabello medio blancón ahí no, pero las muchachas no habían nacido.
Yo lo recuerdo.
Asistente: Él dictó clases en La Vega, enseñándonos.
Presidente Chávez: En La Vega. ¿Tú lo recuerdas?
Asistente: Sí, cómo no.
Presidente Chávez: ¿Cuántos años tenías tú en ese tiempo?
Asistente: Seis años, cuando masacró Caldera.
Presidente Chávez: Seis años. ¿Y tú lo conociste entonces?
Asistente: En mi casa, un padre lo ayudaba.
Presidente Chávez: ¿No lo habías visto desde entonces?
Asistente: No, mire, nos reunimos en La Vega y lo mandamos a buscar.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Él es de La Vega, de La Vega.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Bueno, vean cómo las cosas dan vuelta en el mundo ¿no?
Está también con nosotros, aun cuando el nombre no lo tengo acá, y pido perdón, una mujer estadounidense, ella es representante, es decir congresista al Congreso de los Estados Unidos. Aquí está esta linda muchacha.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Por favor denme el nombre, alguien que me dé el nombre.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: ¡Cinthia! Un beso, Cinthia, para ti y lo que representas, te amamos Cinthia.
Luchadoras y luchadores de todos los pueblos.
De Libia, de Libia el Presidente Muammar Al Khadhafi envió un representante, el doctor Said Khafian, ideólogo estudioso, revolucionario y amigo de muchos años. Le damos la bienvenida también.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Allí está Said. Pueblos árabes hermanos.
Pino Solanas está por aquí, siempre con su energía, con sus sueños, con su orientación.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Debemos hacer realidad TV-Sur, Pino. Lo haremos, lo haremos. Seguro que lo haremos.
Bueno, perdón a los que no he mencionado.
Asistente: ¡Brasil!
Presidente Chávez: De Brasil, claro, de Brasil.
Empiezan a gritarme nombres y a veces no oigo bien.
Ministro Farruco Sesto: De Brasil, Tiago de Melo.
Presidente Chávez: ¡Ah! Thiago, Thiago de Melo. Claro.
¿Dónde está? Aquí está, perdón, claro.
Teotonio Dos Santos está por ahí también.
¡Teotonio! ¡Tiago, Teotonio! Gracias por estar por aquí.
Mira, Teotonio, estuve leyendo hoy la entrevista que te hizo el diario “Últimas Noticias”, muy buena la entrevista. Y las reflexiones que tú haces ahí sobre el tema económico, mundial, latinoamericano y venezolano también. Inmediatamente, después de leer tu entrevista llamé al nuevo Ministro de Finanzas, he designado Ministro de Finanzas al doctor Nelson Merentes, que está recibiendo el Ministerio al doctor Tobías Nóbrega.
Bueno, le he llamado hoy para, incluso le pedí que se reuniera con ustedes, sino ahora en este día, en estas horas que nos quedan, pronto. Pero yo sí creo que es importantísimo retomar la tesis, entre otras, de la teoría de la dependencia, y por volver a estudiar ese tema, eso había quedado sólo para la discusión académica, el neoliberalismo le pasó por encima o pretendió pasarle por encima a tremendo capital intelectual, ideológico, tremendo patrimonio latinoamericano y caribeño, como la teoría de la dependencia. Todo eso hay que retomarlo.
El socialismo. Hay que retomar el estudio de las ideas socialistas.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: El socialismo. Sus tesis auténticas, sus tesis originales. Revisar errores, revisar aciertos. Reenfocar, reorientar y tomar el rumbo que hay que tomar.
En fin, me extendí mucho más de lo que yo había pensado, como siempre, como siempre. Pero es que ahora, hace varias semanas que no hay “Aló Presidente”, así que ando con una carga acumulada que no encuentro cómo liberarla y cada vez que me reúno con alguien es víctima de mis arengas largas. Ando, no sé, no sé, hay algo que no me cuadra en mis controles, es “Aló Presidente”. ¡Claro!
Hoy debería estar yo, debería haber pasado siete horas hablando en “Aló Presidente”, me estoy desquitando aquí.
Miren, ahora, fíjense una cosa, ninguna mejor manera.
¡Qué niña tan linda esta niña! Bueno, todas las niñas son lindas y todos los niños son lindos, pero que está que viene allí, viene con una estampa, y estaba aplaudiendo durísimo ahora. Es tu hija. Es la hija de ustedes, que Dios la bendiga.
Yo tenía a mi niña, la Rosinés.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: La Rosinés. Ya está mudando los dientes y se siente orgullosa que anda sin dientes, y anda así: (mueca). Anda sin dientes.
“Ya estoy dejando de ser niña -me dijo- ya estoy mudando dientes”.
Ahora, miren, fíjate lo siguiente, algo muy importante que voy a decir. Ninguna mejor manera que este evento de estos cuatro días, el tremendo concierto que vamos a ver en unas horas, después que yo termine.
Asistentes: Risas.
Presidente Chávez: Y el evento que arranca mañana del Congreso Bolivariano de los Pueblos, que tengo que salir de aquí a chequear detalles cómo va la cosa, a qué hora empieza, quiénes han llegado, quiénes nos han llegado. Ahora, nada mejor para celebrar el sexto aniversario mañana del gran triunfo electoral bolivariano del 6 de diciembre de 1998.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Un día como mañana fue que se abrió este camino.
¡Viva el pueblo venezolano!
Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: ¡Pueblo sabio, heroico, grande y noble!
Asistentes: ¡Uh! ¡Ah! Chávez no se va.
¡Uh! ¡Ah! Chávez no se va.
¡Uh! ¡Ah! Chávez no se va.
Presidente Chávez: Miren, mañana pues habrá que recordar eso todo el día. Cómo hace seis años fuimos capaces de derrotar lo que se creía inderrotable, cómo se abrió, gracias a la conciencia del pueblo, y esto es muy importante, amigas y amigos visitantes, porque como lo hemos hablado en estos últimos días, y ustedes lo saben, Venezuela, fue a Ignacio Ramonet, (Bernard), que le oí, lástima que se fue Ignacio y no pude atenderlo de manera particular como quería, pero el tiempo no me dio, tengo que llamarlo por teléfono. Y a muchos de ustedes, quisiera sentarme con cada uno y conversar con cada uno, tengo temas, pero no me ha dado tiempo, con algunos he podido hablar, y cada uno temas; pero fue a Ignacio Ramonet que le oí en La Sorbona una noche, unas reflexiones sobre el caso Venezuela, cuando antes del golpe de Estado de 2002, cuando la revolución bolivariana todavía era prácticamente desconocida en el mundo, mal entendida, mal asumida, no se entendía muy bien todavía, y había razones para no entenderla muy bien todavía.
Ignacio Ramonet, siempre estudioso de América Latina, igual que Bernard Casen, “Le Monde Diplomatique” y un grupo de intelectuales, comenzaron a ver a Venezuela con atención, vinieron por allí, Ignacio fue desarrollando una tesis que a mí me dejó, lo confieso, sorprendido aquella noche, dijo Ignacio Ramonet: “Venezuela hay que seguirla con cuidado porque su comportamiento es atípico dentro del comportamiento mundial”.
1989: Cae el Muro de Berlín. Y ese mismo año, mientras el neoliberalismo cantaba victoria y el mundo casi todo se quedó estupefacto con aquello, como una gran sorpresa que dejó paralizados a millones de personas, se empezaron a congelar las luchas en el mundo, muchas luchas, no las luchas, muchas luchas, muchos movimientos se fueron apagando como una llama a la que le echan un balde de agua del congelador; el fin de la historia, decían unos, el último hombre, triunfo el capitalismo, triunfó el neoliberalismo. Decían: ¡Viva el Fondo Monetario! ¡Viva el Consenso de Washington! Y en casi todo el mundo silencio. La Unión Soviética se desintegraba y cayó en el ’91.
En cambio, mientras eso ocurría en casi todo el mundo, el congelador; en Caracas había una ebullición, en Venezuela empezó algo a hervir, y el mismo año de la caída del Muro de Berlín se levantó el pueblo venezolano contra el Fondo Monetario Internacional, contra el Consenso de Washington, el 27 de febrero de 1989.
¡Gloría a los mártires del 27 de febrero! ¡Gloria a los caídos en las calles de Caracas, en las calles de Venezuela! ¡Masacrados por aquel Gobierno genocida, entreguista y apátrida de Carlos Andrés Pérez y de la élite neoliberal! ¡Gloria al pueblo venezolano!
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Nunca, nunca, pasarán los años, pasarán las décadas, y nunca olvidaremos aquella tragedia.
Y otro factor que se hizo presente aquí, atípico, no se lo oí a Ignacio, pero yo lo voy a agregar modestamente, este elemento de la ecuación, aunque yo sé que ustedes lo saben. ¿Qué es lo que ha pasado en América Latina y en el Caribe casi siempre que un pueblo sale y retoma las banderas de las luchas? ¡Ah! Casi siempre ocurre lo que aquí ocurrió el 27 de febrero, salen los militares a apagar a plomo, a fuego y a sangre la llama popular, la esperanza popular, casi siempre ha ocurrido eso en América Latina y en el Caribe, casi siempre.
Aquí ocurrió, y el 27 de febrero hubo una matanza terrible. Fosas comunes. Yo vi niños, ustedes deben recordar la foto de un niño vestidito, con sus botitas y sus medias blancas, boca abajo, el niño tendría como 7 años. Ese niño fue atravesado por tres balas de fusil.
Ahora ¿qué ocurrió luego? La juventud militar dijo: No, para esto no somos los militares, para atropellar a nuestro propio pueblo.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y comenzó también la ebullición en los cuarteles de Venezuela, aquello no fue un movimiento golpista; no, movimiento golpista fue lo que ocurrió aquí el 2002, una élite enriquecida, entregada, fascista, que pretende borrar al pueblo y adueñarse del poder, eso es el golpe de Estado; lo que aquí ocurrió pocos días después de la caída de la Unión Soviética, he ahí otro, mientras las luchas populares en el mundo recibían tremendo golpe bajo, hubo una desmoralización casi general, digo casi General porque hay un ejemplo digno siempre de recordar, que nunca nos cansaremos de decirlo: Fidel Castro y la Revolución Cubana, que aguantaron el terremoto de la caída de la Unión Soviética.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y entraron a período especial, lo que demuestra que cuando un pueblo es el que asume, unido, consciente, ese pueblo se hace invencible, como el pueblo cubano.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Ejemplo para los pueblos de este Continente y del mundo, ejemplo.
Salía o caía la Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991, recuerdo; 25 de enero, 4 de febrero, es decir 39 días después hizo erupción el volcán de la juventud bolivariana militar desde los cuarteles de Venezuela, y salimos a unirnos con el dolor de nuestro pueblo, con la esperanza de nuestro pueblo.
¡Gloria a los caídos el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992! En aquellas dos rebeliones militares revolucionarias, populares, patrióticas, que ayudaron a abrir el camino, este camino que aquí va. De allá venimos.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: De allá venimos, si no hubiese ocurrido la rebelión militar, la rebelión popular; corrijo, si no hubiese ocurrido la rebelión popular contra las políticas de shock del neoliberalismo, contra el entreguismo de la Patria, contra el capitalismo neoliberal del 27 de febrero de 1989 en Venezuela, no hubiese ocurrido el 4 de febrero de 1992. Un hecho es consecuencia directa del anterior.
Y si no hubiese ocurrido ninguno de aquellos dos creo que nosotros no estaríamos aquí, en este momento sentados. Yo no estaría aquí dirigiéndome a ustedes, como estoy esta noche del 5 de diciembre de 2004.
Entonces como mañana vamos a conmemorar ese sexto aniversario es bueno recordar todo esto, de dónde venimos, y sobre todo rendirle tributo a los mártires que cayeron en ese largo camino, en esa larga jornada.
Bueno, sepan ustedes, amigas y amigos, que seguiremos aquí batallando en este camino, que pasó de la protesta de aquellos años a la propuesta, y luego la propuesta se hizo Gobierno y se hizo Constitución y se hizo proyecto, y aquí vamos seis años después, en esta etapa que estamos viviendo.
Preparándonos para pasar a etapas más exigentes estamos, en lo político, profundización de la democracia participativa, de la democracia popular, eso es redundante, pero hay que redundar en este caso. Por cuántas falsas democracias tenemos en este mundo que no son democracias, que no tienen contenido de pueblo, democracias elitescas, falsas democracias, eso es un compromiso que tenemos, no sólo con Venezuela, con ustedes y con el mundo.
Seguir profundizando la lucha social, la lucha contra la pobreza, por la igualdad, por la justicia verdadera.
Ahorita venía con mi hija María, que está por allí, María Gabriela.
Asistente: ¡Hola suegro!
Presidente Chávez: Eso no es conmigo, eso es con ella.
¡Hola María! Mi vida, mi reina, María.
Ahorita veníamos para acá, por aquí, como está lloviendo por Caracas, yo venía leyendo algo allí, y María vio algo y me agarra el brazo: “¡Papa, mira!”. Debajo de un puente, aquí, los miserables, pordioseros. Y los vi, era un grupo, protegiéndose de la lluvia, debajo del puente, le pasó la caravana cerquita, me provocó quedarme, me provocó pararme y bajarme, a darles un abrazo, a darles la mano, a ver cómo se llaman. Pero no podía, tenía que llegar aquí, debe estar mi edecán con ellos. Le dije: Llegamos allá y usted se regresa, por favor, con un grupo, vamos a hablar con ellos, vamos a ver qué son, dónde están, porqué están ahí.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: ¡Ah! Pero fíjense, les pasamos por un lado, les pasamos por un lado. Muchos les pasamos por un lado, a pie; yo vi una gente que pasaba, le pasan por un lado como si aquello fuera normal; o en carro, cada quien anda con su propio apuro, yo ando con el mío y tú andas con el tuyo, y tú con el tuyo, y creemos no verlo. María los vio y me dijo: “¡Papá, míralos!”.
Ahora, ese es un problema de todos nosotros.
Asistente: Del Alcalde.
Presidente Chávez: No sólo del Alcalde, es tuyo también, es mío y es de todos.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Es de todos nosotros. Ahora, miren, creo que yo en la inauguración hablaba de alguna idea que agarré no sé dónde, de Unamuno, el gran Unamuno, que alguna vez escribió que lo importante o lo más importante no es ser cristiano, Padre Cardenal, como usted bien lo sabe y lo practica, sino vivir en cristiandad, es llenar la carne y el alma con ese Cristo, con esa lucha por el ser humano. Igual en cristiandad hay que vivir en humanidad, no basta tener forma humana para ser humano, hay que vivir todos los días en humanidad, y esos compatriotas que están debajo de un puente, que están sufriendo allí, son parte de nuestro reto por la humanidad.
Dijo Alí Primera: “La Patria es el hombre”. Dijo José Martí: “Patria es humanidad”. La humanidad es la Patria, es el hombre, es el niño, es la mujer.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: “Patria es humanidad”, dijo Martí.
Y Alí Primera lo cantó: “La Patria es el hombre… La Patria es el hombre… La Patria es el hombre”.
Entonces ahí hay que verse en ese espejo, tenemos un reto, ser cada día más humanos, vivir cada día más en humanidad. Vamos por ellos debajo de los puentes, debajo de los bosques: los pobres, los que viven en la miseria. El problema es de todos.
Yo cada día me comprometo más con ellos, y cada día repito aquel verso de José Martí, el infinito revolucionario: “Con los pobres de la Tierra quiero yo mi suerte echar”. Con los pobres de la Tierra.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Pues estamos entrando así en una nueva etapa, una nueva etapa de profundización de la revolución social, del avance en la construcción de una sociedad nueva, de iguales, donde no haya miserables, no haya gente que viva en la miseria debajo de los puentes.
Que sigamos impulsando la transformación económica para dejar atrás el capitalismo, que no los sembraron hasta los huesos, un modelo de economía perverso.
Esta revolución está entrando en una nueva etapa, mucho más exigente, tengo ya varios meses diciéndoselo a todos ustedes, primero diciéndomelo a mí mismo, tenemos que dar un salto adelante: 2005 y 2006. Y en el 2006 ganaremos las elecciones presidenciales con 10 millones de votos, para entrar a otra etapa, mas profunda todavía, más integral todavía.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Y fíjense que ustedes amigas y amigos del mundo, intelectuales, creadores, yo creo que este grupo debería reunirse anualmente, deberíamos hacer una reunión anual, dos años es mucho en este tiempo que estamos viviendo, hay una dinámica muy acelerada. Yo no sé si aquí en Caracas o en cualquier parte, si tiene que ser aquí en Caracas pues bienvenidos serán siempre a Caracas, pero yo creo que un equipo de coordinación debe instalarse pronto para continuar intercambiando opiniones, ideas, discusiones: por teléfono, Internet, documentos, etcétera, y el año próximo convocarnos, convocarnos, porque repito es una dinámica intensa la que vivimos.
Y nosotros aquí tenemos, no es una obsesión, pero casi es, es el historicismo, es decir estamos aferrados a la historia, la historia es la tabla de salvación, creo que lo dije ayer, mientras no terminemos de descifrar los códigos del pasado no terminaremos tampoco de descifrar los códigos del futuro. Eso es válido para Venezuela, eso es válido para los pueblos de América Latina y el Caribe, y creo que es válido para los pueblos del mundo. Los códigos del pasado.
El próximo año, por ejemplo, se cumplirán 200 años, pudiéramos decir que estamos viviendo una era bicentenaria, cuando nosotros fundamos, por allá en 1982, el Movimiento Bolivariano Revolucionario, le pusimos el nombre 200, decían algunas fuentes de inteligencia que era porque éramos 200 nosotros.
(Risa). No comenzamos siendo cinco, ahora somos millones, pero no, porque dijimos, estamos entrando al año bicentenario de Bolívar y por tanto entraremos a una era bicentenaria. Creo que Fidel habló una vez de la era del centenario.
Válido es ir mirando los eventos de hoy, pero saltando 200 años atrás, el impulso viene de por lo menos de allí de 200 años atrás. El próximo año se cumplirán 200 años del juramento que hizo un jovencito, andaba hecho una llamarada, y a su lado su maestro, otro jovencito, un huracán y una llamarada se juntaron en la Europa de 1804, de 1805, el jovencito había quedado viudo, era muy rico; y el maestro lo volvió a conseguir por allá por las calles y los caminos de la Europa, era la Revolución Francesa que estremecía todavía aquel Continente, era Napoleón que invadía, eran las corrientes del pensamiento, del iluminismo, que estaban muy vivas, Rousseau, Voltaire, Diderot, y aquel jovencito fue a jurar en el Monte Sacro, frente a las ruinas de Roma, venir aquí a libertar a su Patria: ¡Simón Bolívar! Doscientos años del Juramento del Monte Sacro será el próximo año.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Para nosotros los bolivarianos esto tiene una gran significación, vamos a repetir ese juramento el próximo año, desde el 1° de enero hasta el 31 de diciembre del 2005, ese será el año del bicentenario del juramento revolucionario del Monte Aventino o Sacro en Roma: “Juro delante de usted, juro por el Dios de mis Padres, juro por mi honor, juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que hayamos roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”. Hoy decimos no del poder español, sino de los poderes imperialistas del mundo.
Y el año 2006 buena ocasión para conmemorar algo en grande, lo hemos hablado Germán, Farruco: ¡Miranda, Miranda! Francisco de Miranda, el caraqueño universal.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Yo siempre digo que a nosotros nos enseñaron los detalles, hasta el más pequeño de los viajes de Colón: Salió de Puerto de Palos, entre tres carabelas, la Niña, la Pinta y la Santa María, hizo toque en Canarias, después se vino con rumbo al Sur, creyó que iba a la India, y llegó a La Española, a Venezuela llegó en el tercer viaje, llegó por Macuro en 1498. Sabemos todo.
Yo creo que incluso si nos pusiéramos a dibujar a Colón aquí lo dibujaríamos, y a las carabelas y a todo aquello que dibujábamos de niños, era tarea que nos ponían. Eso no es malo; no, eso es conocimiento, y yo no tengo nada contra Cristóbal Colón, incluso he sido muy crítico de quienes tumbaron la estatua de Colón, esa no es la manera, al menos en este tiempo, estar tumbando estatuas. No. Me pareció un acto sin ningún tipo de contenido, significado.
Pero en fin, en fin, no es malo saber todo eso, lo malo es que casi ningún venezolano sabe los detalles de lo que ocurrió 200 años después de la llegada de Colón, 300 años. Tres siglos después un caraqueño, que fue soldado en Cuba, que fue soldado y batalló en la revolución de los Estados Unidos, y se hizo amigo de Washington, de Jefferson, estuvo en el sitio de Pensacola y no sé en cuántas batallas más, con el grado de Teniente Coronel de los ejércitos independentistas de los Estados Unidos, y luego a los pocos años fue Coronel de Rusia, amigo del Almirante Potemkin y miembro ad hoc de la Corte de la Gran Catalina, y varios años después estaba en Francia y llegó a ser Mariscal de Francia, y batalló en la Revolución Francesa, y unos años después cruzó el Atlántico, cruzó el Caribe, y llegó a estas costas, con una consigna: ¡Libertad o muerte! decía Miranda.
Se van a cumplir 200 años en el 2006, buena ocasión para estas luchas de hoy, para este internacionalismo nuevo que está naciendo, comenzando el siglo, en este punto crucial que estamos viviendo, yo tengo mucha fe, tengo un gran optimismo, y cada día más grande la fe, cada día más grande el optimismo.
Y después de este evento internacional en Defensa de la Humanidad, pues la fe, la fuerza, la esperanza y el compromiso lo que han hecho es crecer, hermanas y hermanos del mundo. Este evento ha venido a fortalecernos.
Váyanse ustedes seguros, convencidos, seguros, bien seguros, de que nosotros aquí triunfaremos como triunfará la humanidad en la lucha por su futuro y por su vida. Declaro formalmente clausurado este maravilloso evento. Un abrazo infinito y esta Patria estará siempre abierta de par en par para todos ustedes.
Muchas gracias.